Recordando el Gran Price

Durante más de 35 años, en la esquina de las calles Floridablanca con Casanova, estuvo uno de los lugares emblemáticos del ocio barcelonés. Era el Gran Price o simplemente el Price, a secas, que no se pronunciaba a la inglesa sino tal cual se escribe.

Foto Antoni Civantos Lambea

Había abierto la noche vieja de 1934 y, tras cumplir con su misión de servir de lugar de entretenimiento de primer orden ciudadano, cerró en noviembre de 1972. Los propietarios lo vendieron a Núñez y Navarro por 48’5 millones de pesetas y el derribo empezó el 2 de marzo de 1973. En su lugar se levantó uno más de los edificios anodinos con que esta empresa inmobiliaria sembró la ciudad y que le valdrían, al que fue presidente de FC Barcelona, el sobrenombre de rey de las esquinas.

Se cuenta que el local había sido proyectado por el arquitecto Marino Canosa y constaba en su parte central con una gran sala circular donde se llevaban a cabo las diversas actividades que tenían lugar en el local. Alrededor del espacio central había dos pisos de palcos y una gradería volante que se llenaba en  las veladas multitudinarias. Se ha apuntado que la capacidad del local era de unas cinco mil personas. En el sótano había gimnasio, con vestuarios y duchas, todo perfectamente equipado. Como era un lugar de gran afluencia pública y se deseaba que los espectadores disfrutaran del máximo de comodidades había dos bares en el interior y otro en el exterior.

Foto Pérez de Rozas

Boxeo 

Todas las informaciones que se refieren al local nos dicen que antes del Price hubo, en el mismo lugar, un salón de baile conocido con el nombre de La Bohemia modernista y es de suponer que se debieron mover muchas parejas dando vueltas y vueltas. En el nuevo local se siguió dando vueltas y vueltas pero no fueron muchas las parejas que lo hacían o, al menos, sólo lo hacía cada vez una pareja. No sonaba música pero sí que era importante tener un buen juego de piernas. Para ese baile era necesario un duro entrenamiento previo. Se realizaba en principio sin agarrarse aunque, a veces, era inevitable el cuerpo a cuerpo. Y es que El Price fue el gran local del boxeo, un deporte que fascinó durante una buena temporada a los barceloneses. Fue tan importante para la popularización de este deporte y tanta la gente que acudía a ver lo que se disputaba en el ring que fue rebautizado como “el templo del boxeo” o “el coliseo de las Rondas” y allí se pusieron las botas, el calzón y los guantes algunos de los ídolos de los actuales abuelos: Luis Romero, Fred Galiana, Mimoun Ben Alí, Young Martin, Pedro Carrasco, José Legrá  o José Manuel Ibar conocido como Urtain  que peleó 20 de noviembre de 1969 siendo el último gran combate que allí se vio… En el Price se vivieron los años dorados de este deporte.

Foto Merletti

…y otros deportes

Fue más que boxeo, fue una sala multiusos en la que se podían ver también competiciones de lucha libre que tenían lugar cada domingo por la mañana. También se vieron competiciones de halterofilia, gimnasia, esgrima y hasta baloncesto. El Price se llenaba.

Fiestas y bailes

Se celebraron muchas fiestas algunas de ellas relacionadas con gremios o con celebraciones vinculadas al calendario festivo. He encontrado noticas de antes de la guerra que se refieren a una temprana fiesta primaveral en la que tuvo lugar la elección de la “publilla carnicera” y un curioso baile de carnaval que llevaba el sugestivo nombre de “El mercado de Kalaff”. Fueron muchas las entidades que pensaron en organizar en el local sus actividades y seguro que en más de una familia los abuelos han contado a sus nietos, mirando viejas fotos de color sepia, que, allí, en el Price, se habían conocido siendo jóvenes.

Hablando con los viejos del barrio, con una sonrisa, me han comentado que el día de mayor afluencia al local eran los jueves por la tarde, cuando se llevaba a cabo el baile llamado de les minyones (las criadas) ya que ese día por la tarde lo tenían libre. Pero no era fácil el alternar en el local ya que quien se llevaba las mozas a la pista eran generalmente los soldados de permiso con sus llamativos uniformes.

El Price contaba con una orquesta propia: la orquesta Price.

Mítines políticos

Desde sus orígenes el Price también acogió mítines de las organizaciones políticas, como era un local popular y estaba en un barrio popular fueron los partidos que representaban a la clase obrera, ya fueran de izquierda o de dercha, los que realizaron más actos en el local. Allí se pudo escuchar al president Lluís Companys, a los líderes del POUM, Andreu Nin o Julián Gorkin, la líder del PCE comunistas, Dolores Ibárruri, La Pasionaria, o al líder radical Alejandro Lerroux, que aunque era conocido como el “emperador del Paralelo” acudía también al Price si de captar votos se trataba e incluso acudió el líder derechista Calvo Sotelo…

Misas 

Una de las actividades más curiosas que acogió el local fueron las misas de los primeros tiempos de la posguerra. La iglesia tomó el relevo de los partidos políticos y, entre otros muchos espacios, intentó ganarse las almas desde el Price. Las fotos que se han conservado de estos actos piadosos, las conferencias cuaresmales, son sorprendentes. Ver en un ring al obispo Modrego, con la sotana hasta los pies no deja indiferente.

Foto Paco Fanés

Foto  Pérez de Rozas

Canciones 

Y también en el Price sonó la música, tras los primeros años del franquismo el país se iba abriendo a nuevas ideas y ciertas ventanas de libertad permitieron ventilar una Espoaña gris. La música fue esencial, fueron los tiempos de los yeyés, que aportaron alegría, y de la nova cançó, que añadió un tono de protesta los que tomaron el escenario del Price. Allí actuaron Los Sirex y Los Mustang, Maria del Mar Bonet, Lluis Llach o Pau Riba que presentó, el 11 de abril de 1970, sobre una motocicleta, su disco Dioptria al negarse los responsables del Palau de la Música a acogerlo allí.

También cantantes internaciones como José Feliciano actuarían en el Price, en 1971.

Poesía

Además de las canciones, tuvo lugar en el Price un acto de gran significación cultural como fue el Festival Popular de Poesia Catalana, celebrado el 25 de mayo de 1970, que reunió en el escenario a poetas que, entre aclamaciones, recitaron sus composicione s entre gritos de libertad y amnistia. Se subieron al escenario Salvador Espriu, Jordi Teixidor, Joan Vinyoli, Rosa Leveroni, Josep Palau i Fabre, Joan Brossa, Gabriel Ferrater, Jordi Sarsanedas, Josep Maria Llompart, Jaume Vidal i Alcover, Xavier Amorós, Joaquim Horta, Francesc Vallverdú, Agustí Bartra, Feliu Formosa, Joan Colomines y Joan Oliver-Pere Quart. El acto, organizado por la Comissió Cordinadora de Forces Polítiques de Catalunya (CCFPC), fue registrado en una película por el cineasta Pere Portabella.

Este popular local tiene aún su lugar en la memoria de los ciudadanos. Cualquiera persona que tenga más de 60 años a la que preguntemos nos habla con una sonrisa en los labios del Price y las múltiples actividades que acogió en una época en que nos había tantas diversiones como hay hoy y antes de que la especulación inmobiliaria terminara por uniformar la ciudad llena de viviendas. Así vio el gran Muntañola el último combate del Price.