Celebrando el 11 de septiembre

Vitral de santa Maria del Mar con Felipe d’Anjou y el Archiduque Carlos.

Julio de 1713, se acerca al final de la Guerra de Sucesión, las tropas borbónicas se apostan ante de las murallas de la ciudad con la intención de tomarla.

Todo había comenzado con el cambio de siglo, en 1700, muere Carlos II, el hechizado, el último rey de la casa de Austria y la corona pasa al nieto de Luis XIV, Felipe d’Anjou. De esta manera, con dos reyes, Francia es la gran potencia europea. El resto de estados, Austria, Inglaterra, Holanda, Prusia, Portugal y Saboya proponen al archiduque Carlos de Austria como candidato al trono hispano y estalla la guerra. En un principio la situación parece tranquila, el nuevo rey Felipe es aceptado en Catalunya aunque con reticencias, la situación se torcerá pronto. El sentimiento hacia los franceses no es nada bueno, los intereses económicos ven una competencia en Francia y las actuaciones del virrey Fernández Velasco son contrarias a la costumbre. Así en 1705 Cataluña se decanta por el bando austracista y con ella el resto de los territorios del Reino de Aragón. La situación es cada vez más inestable, Valencia y Aragón pasan a manos borbónicas tras la batalla de Almansa (1707). En 1711, con una guerra que se alarga y que no produce más que gastos, muere el emperador José de Austria y le sustituye su hermano el archiduque, aparece así una nueva hegemonía en Europa y la alianza anti-borbónica se disuelve. Catalunya queda sola, es el único territorio fiel al rey emperador. Después de un asedio de catorce meses Barcelona capitula. El día de la caída de Barcelona, el 11 de septiembre, será elegido para celebrar el amor a Catalunya por parte de sus ciudadanos.

Además del dolor por las bajas, el fin de la guerra supone un duro golpe para el sistema político ya que se disuelven las instituciones existentes (la Generalitat, las Cortes y las corporaciones municipales entre ellas el Consell de Cent). El nuevo régimen aplica el Decreto de Nueva Planta (1716) que durará hasta la Constitución de Cádiz.

CALLES A CASANOVA Y VILLARROEL EN l’EIXAMPLE

En 1865, cuando se construye el Eixample se hace necesario el dar nombre a las calles del proyecto de Cerdà que no eran más que números y letras. El bautizo de las calles se encarga a Víctor Balaguer, quien se fija en personajes históricos (comte Borrell, comte Urgell, Ausiàs March, Muntaner, Roger de Flor, Roger de Llúria, Viladomat, Aribau, Balmes, Ali Bey), instituciones políticas (Consell de Cent, Gran Via de les Corts Catalanes, Diputació, Parlament) y lugares geográficos con relación histórica (Aragó, València, Mallorca, Provença, Rosselló, Sardenya, Sicília, Còrsega, Calàbria, Nàpols). Entre los nombres elegidos por Balaguer aparecen dos de los protagonistas de los hechos de 11 de setembre: Rafael Casanova “el último conceller en cap de Barcelona” y Antonio Villarroel “jefe de las armas”. Con estas calles se inicia el recuerdo de los hechos de 1714.

UN POEMA DE  PITARRA

En 1884, Serafí Soler, Pitarra, se presenta als Jocs Florals para optar por l’englantina (concedida a la poesía de tema patriótico) con su poema Lo Fossar de les Moreres. Aunque no gana el galardón, del poema se populariza el cuarteto con el que empieza, que hoy preside el lugar. Se echan las semillas que han de fructificar en una serie de actos reivindicativos.

MISAS Y ESQUELAS

El primer antecedente de La Diada tiene lugar en 1886. El 11 de septiembre de ese año se celebra una misa funeral en Santa Maria del Mar con honores en el Fossar de les Moreres. La oposición de las autoridades civiles y religiosas impide que se repita y años después la reivindicación pasa por la publicación de esquelas en la prensa. En 1899 se celebra de nuevo una misa, esta vez en sant Just i Pastor.

Aparecido en El Barcelonés, 10 septiembre de 1886

UNA ESTATUA A CASANOVA

En 1883 se piensa que el actual passeig Lluís Companys, entonces Saló de Sant Joan, debe ornamentarse con un conjunto de ocho esculturas de personalidades ilustres. Los elegidos son el comte Guifré, el almirante Roger de Llúria (1884), el cronista Bernat Desclot, el conseller en cap Rafael Casanova (1885) , el conde Ramon Berenguer I, el jurista Pere Albert, el arquitecto Jaume Fabre y el pintor Antoni Viladomat (1886). Los trabajos se inauguraron con la inminente Exposición Universal. Rosend Nobas fue el encargado de la estatua de Casanova que da con una imagen cargada de emotividad. El conseller aparece de pie, herido y abrazado a la bandera de santa Eulalia. Con La Renaixença la estatua de Casanova adquiere un significado especial respecto al resto de estatuas. Nace el escenario principal de la celebración de La Diada.

OFRENDAS FLORALES Y MANIFESTACIONES

La primera manifestación ante la estatua de Casanova es el 7 de abril de 1889, un grupo de estudiantes sale de la Universidad hasta la estatua para manifestarse contra la aprobación del nuevo Código Civil que amenazaba el Dret Català.

Con un movimiento catalanista recién constituido, el 11 de setembre de 1892 tiene lugar el primer homenaje en la estatua. Dos años después empieza la costumbre de realizar la ofrenda de ramas de laurel o roble que adopta la forma de una corona en 1897.

La que puede considerarse la primera manifestación se produce en 1901, son tiempos esperanzados a nivel político para los anhelos catalanistas tras la victoria en la elecciones de la candidatura dels quatre presidents. Ese año, algunos de los manifestantes son detenidos por la policía. Dos días después de ser liberados, 12.000 personas se manifestan desde Plaça Catalunya al monumento. La estatua, en el Passeig de Sant Joan, se convierte en lugar especial de las celebraciones y reivindicaciones.

COMISSIÓ UNITÀRIA

En 1905 se toma la decisión de organizar una comisión, con la máxima participación, encargada desde entonces de la organización de los actos de homenaje al 11 de septiembre en el monumento a Casanova. La Comisión unirá cada vez más fuerzas para que la celebración sea un éxito.

MANIFESTACIÓN CONTRA LA LEY DE JURISDICCIONES

En 1905, después del asalto a las redacciones del Cu-Cut y La Veu de Catalunya por parte de unos militares ofendidos por un chiste (25 de noviembre), se aprueba la Ley de Jurisdicciones por el que los tribunales militares se hacen cargo de las causas en las que estuviera implicado el ejército o los símbolos nacionales. El catalanismo político reacciona con un acto de homenajes a los diputados que votan negativamente la ley a los pies de la estatua (20 mayo de 1906). Además de la Diada cualquier acto reivindicativo pasa por el monumento aún en el saló de sant Joan.

foto de Frederic Ballell, AFB

EL PRIMER HOMENAJE OFICIAL Y PRIMER ACTO EN EL FOSSAR DE LES MORERES

En 1913, con la mayoría catalanista en el Ayuntamiento, se realiza un homenaje institucional de carácter oficial, el último junto al Arc de Triomf. Curiosamente ese mismo año empiezan los actos en el Fossar de les Moreres,  organizados por la entidad “Els Néts dels Almogàvers” que colocan la lápida con los versos de Pitarra. Aparece el lugar alternativo de celebración de La Diada.

UN NUEVO LUGAR PARA LA ESTATUA Y UN NUEVOPEDESTAL

En 1914 se considera que es mejor trasladar el monumento a Casanova al cruce de la Ronda de Sant Pere con Ali Bey, donde aproximadamente habría caido herido. Para que el monumento luzca se encargó un nuevo pedestal aunque se inaugura con un zócalo de ladrillos.

En 1916 se instala el pedestal definitivo realizado por Josep Llimona, que  representa dos madronas, una de pie, el espíritu de Catalunya, y la que está adormecida, el pueblo, así se representaba como el espíritu catalán despierta al pueblo.

REPRESIÓN POCO ANTES DE LA DICTADURA

El 11 de septiembre de 1923 se viven momentos de tensión entre los manifestantes y las fuerzas públicas, dos días más tarde Miguel Primo de Rivera, con el beneplácito del rey, da un golpe de estado y está en el poder hasta enero de 1930.

LA DETENCIÓN DE GAUDÍ

Con la manifestación no autorizada, en 1924, se celebra una misa en sant Just i Pastor. Las autoridades detienen a varios asistentes, entre ellos el arquitecto que se niega a hablar en castellano. Será encerrado en una celda y se le impune la multa fue de 50 pesetas. Como no tiene efectivo escribe al rector de la Mercè pidiéndole el importe de su multa y 25 pesetas para la de un vendedor ambulante que está encerrado con él.

Después de unos años de prohibición en 1930 se vuelve a celebrar, esta vez de forma discreta, un acto a los pies del monumento.

11 DE SETEMBRE REPUBLICANO

El año 1931 trae aires renovados, la victoria en abril de los partidos republicanos en las elecciones municipales y la marcha de Alfonso XIII al exilio traen la República. En los primeros momentos en Catalunya se proclama la República catalana adherida a la federación de Repúblicas Ibéricas que finalmente se convertirá en Gobierno de la Generalitat.

En la celebración del onze de setembre aparece una novedad, además del homenaje habitual, el alcalde y del president de la Generalitat leen encendidos discursos a pie de monumento que son emitidos por radio. También se bailan sardanas, desfilan las entidades y se visita la tumba de Casanova en sant Boi.

11 DE SETEMBRE CON AUTONOMÍA Y ALEGRÍA

La celebración de 1932 es festiva, coincide con un momento de alegría ya que dos días antes de la celebración las cortes españolas aprueban el Estatut. Los protagonistas  de ese día son los parlamentarios catalanes que lo habían defendido y que llegan para celebrar La Diada. Las voces de El Orfeó Català interpretan El cant de la senyera y Els segadors.

DIADAS CADA VEZ MÁS TENSAS

Tras la alegría de la autonomía, los últimos años de la República son tiempos de tensión entre la autonomía y el estado central. Las diadas dejan de ser una manifestación festiva y se convierten en actos de carácter multitudinario y reivindicativo, son una muestra de apoyo al gobierno de la Generalitat ante una política cada vez más centralista. En 1935 el gobierno de la Generalitat está en prisión a raíz de los hechos de octubre de 1934 y las siguientes diadas en lugar de desfiles cívicos son desfiles de las milicias y en lugar de ofrendas florales se hace una captación para abastecer las tropas en el frente. La de 1938 sería la última celebración.

Cartel de Ricard Fàbregas

UNA CELEBRACIÓN CLANDESTINA Y CON ESPERANZA

La victoria franquista en la guerra civil trae consigo una represión política sin precedentes, con ejecuciones, encarcelamientos y el exilio de los más destacados opositores. En este contexto se prohíbe cualquier manifestación pública durante el 11 de septiembre. Sólo en el ámbito privado o de una manera clandestina la gente puede seguir el recuerdo a los hechos del 11 de septiembre.

Se retira la estatua de Casanova “para que no sirva de pretexto a desviaciones partidistas y antinacionales” según consta en el acta municipal. Curiosamente no se destruye sino que se guarda en un almacén municipal burlando las órdenes superiores. La calle dedicada al conseller se conserva posiblemente al no relacionarse directamente con él.

Los actos que se realizan son puntuales y de carácter clandestino ya que se realizan en un momento de total hostilidad. Las manifestaciones públicas son reprimidas y los participantes encarcelados y multados y, en el peor de los casos, tiroteados por unas fuerzas de seguridad represoras. Así aparecen ese día banderas colgadas en lugares públicos, pintadas en los muros y pasquines que pasan de mano en mano, es la manera de presentar una resistencia al régimen.

Uno de estos actos reivindicativos es la colocación de una réplica de pequeño tamaño del monumento a Casanova en el lugar donde había estado con un cartel que rezaba: “Ja creixeràs (Ya crecerás)”. Era una manera de manifestar una esperanza que no llegará hasta la muerte del dictador.

DE SANT BOI A BARCELONA

En 1976 tiene lugar la primera celebración de la Diada tras la muerte del dictador no se pudo celebrar en Barcelona y se celebró en Sant Boi, lugar donde se encuentra la tumba de Rafael Casanova. Con unos pasos cada vez más firmes en el camino de la democracia la diada de 1977 ya se realiza en Barcelona donde una gran manifestación llena las calles. Desde ese momento el escenario de la celebración monumento a Casanova, restituido el 27 de mayo de 1977, 38 años después de ser retirado.

fotos de Pérez de Rozas AFB

CELEBRACIÓN POR LEY

En 1980, tras las primeras elecciones democráticas desde 1936, son elegidos los diputados del Parlament de Catalunya; una de las primeras leyes promulgadas por el Parlament declara el dia 11 de septiembre como Festa Nacional de Catalunya, en la que la Nación “exalta sus valores, recuerda su historia y a los hombres que fueron protagonistas y realiza proyectos de futuro”.

NOU FOSSAR DE LES MORERES

Tras varias tentativas, en 1989 la arquitecta Carme Fiol lleva a cabo la dignificación del Fossar de las Moreres que transforma en una gran plaza con pendiente pavimentada con ladrillo y un muro de piedra que la separa de la calle y se plantan las moreras que designan el lugar. En el 2001 se añade al conjunto un escultórico pebetero realizado por Albert Viaplana en el que se mantiene vivo el recuerdo “ A los que murieron en defensa de las libertades y constituciones de Cataluña en el sitio de Barcelona”.