Restaurantes con historia y encanto

La tecnología ha cambiado la manera de concebir la realidad y el mundo, y ahora cuando buscamos un restaurante lo primero que nos preguntamos es la decoración del lugar, como si en vez de a comer fuéramos a enseñar a los demás dónde estamos y qué comemos.

Por eso es mejor no perder de vista aquellos lugares de Barcelona de “toda la vida” que podemos etiquetar de Bueno, Bonito (o con encanto tradicional) y Barato.

La Bodegueta un bar de tapas que en sus orígenes fue una bodega de vinos. Situado en pleno centro de Barcelona y a unos pocos minutos de Passeig de Gràcia, puedes encontrar desde unas bravas deliciosas hasta una gran variedad de embutidos y quesos.

Bar Ramón Desde 1939 se dedican a las tapas y a las raciones, un toque tradicional que podemos degustar casi 80 años después. Puerro relleno de gambas, patatas al caliu, tosta con filete y foie, son los preferidos de la clientela que siempre repite. Un factor a tener en cuenta, mejor reservar que no esperar a que quede una mesa libre, porque es un local que suele estar siempre lleno.

Can Miserias Fundado en 1921, ha cambiado de propietarios en los últimos años, pero han sabido conservar su esencia de comida tradicional. Comida casera en todo su esplendor, pide un plato de jamón para abrir boca y sobre todo, deja hueco para los postres.

Bodega del poblet Una bodega tradicional, con el título de toda la vida y cerca de la Sagrada Familia.  Antiguas fotografías, botas de vino y madera son la decoración que envuelven el local, un lugar perfecto para tomar el vermut y unas tapas el fin de semana. Quédate en la barra a degustar boquerones, pulpo, ensaladilla, y mucho más.

El velódromo Recuperado gracias a la cervecería Moritz, es un lugar que conserva su decoración como espacio emblemático de la ciudad, y donde además la carta tiene todo lo que te puedas imaginar. Otra de sus características es que la cocina está abierta hasta la madrugada.

Bar ola-ola Hace 30 años que Encarna Esteban y José Alcaide se dedican a su negocio familiar, un bar de bocadillos y sándwiches en el que el más simple bikini te parecerá un plato de 5 tenedores, crujiente pan de molde horneado en el día, hecho a la sartén y con el sabor más delicioso de la mantequilla y el queso fundido.

No será la Guía Michelin, pero sí que es una manera de hacer “barrio” y que te ayudará a encontrar bares y restaurantes con encanto, y a muy buen precio.