Las siete primeras películas de Studio Ghibli, ya disponibles en Netflix

El mundo de las plataformas de streaming cada vez se parece más al mercado de fichajes futbolísticos y, en este sentido, una de las contrataciones más sonadas de la temporada ha sido la de la filmografía completa de Studio Ghibli, legendario estudio de animación japonesa comandado por Hayao Miyazaki, por la nueva súper plataforma HBO Max. Por primera vez, estos animes se podrían ver en formato digital aunque quedaba la duda de qué pasaría con ellos fuera de Estados Unidos.

Hace unos días se confirmó que Netflix se haría con sus derechos en España, una plataforma, por otro lado, bastante comprometida con el anime que cuenta en su catálogo con joyas nuevas como Devilman Crybaby, Psycho Pass o Violet Evergarden y obras maestras del género como Cowboy Bebop y Neon Genesis Evangelion. Las películas de Ghibli irán apareciendo en tandas de siete desde el pasado sábado. Para el 1 de marzo se esperan hits como Nausicaä en el valle del viento, La princesa Mononoke y El viaje de Chihiro, mientras que en la última tanda se podrá ver El castillo ambulante o El viento se levanta. Aquí os hablamos de esta primera selección ya disponible.

El castillo en el cielo

Hay un consenso más o menos claro de que el sota, caballo y rey de Ghbili está formado por Totoro, La princesa Mononoke y El viaje de Chihiro. Pues bien, luchando para entrar en ese podio imaginario aparece esta maravilla de ambientación steampunk, aún hoy material de influencia para creadores de distintas disciplinas. Su argumento mezcla aeronaves, agentes secretos, piratas celestiales y una isla flotante en medio del cielo creada por una misteriosa raza.

Mi vecino Totoro

A menudo se ha considerado a Ghibli el Disney del anime y la razón se encuentra en películas como esta. Y no solo porque está protagonizada por una criatura imaginaria entrañable, sino por el ojo que vio Hayao Miyazaki a la hora de sacarle provecho en la forma de merchandising. Y es que ese gato gigante es casi tan omnipresente como Pikachu, Mario o Doraemon. Mi vecino Totoro no es ya uno de los mejores anime de la historia sino una de las grandes películas de la historia del cine.

Nicky, la aprendiz de bruja

Aunque también es cierto que puestos a buscar paralelismos, Ghibli a veces podría ser más Pixar que Disney en el sentido de que sus películas funcionan igual de bien con un público infantil o adulto. Nicky, eso sí, tiraría más hacia los primeros al contar la historia de una joven bruja que mientras refina su magia pasa las tardes volando con su escoba junto a su sabio gato negro. Un espectáculo visual que refuerza una historia cándida coming of age.

Recuerdos del ayer

La selección de Netflix no solo incluye películas dirigidas por Hayao Miyazaki, sino también por otros directores que hicieron grande al estudio. Entre ellos, figura Isao Takahata, que años antes deslumbró con La tumba de las luciérnagas (desde hace tiempo disponible en la plataforma). Esta Recuerdos del ayer es un festín de nostalgia sobre una joven que vuelve a pueblo donde vivió los momentos más felices de su vida en un equilibrio entre el ayer y el hoy, la modernidad urbana y la atemporalidad rural.

Puedo escuchar el mar

Bastante menos conocido es Tomomi Mochizuki que consiguió luz verde por parte de Studio Ghibli después de que esta dejase a los miembros de su equipo crear películas con un presupuesto bastante inferior al de las grandes joyas de Miyazaki. Con todo, se pasó de presupuesto y la producción se alargó más de la cuenta, algo que se nota en el triángulo amoroso, con todo, con momentos inspirados  de esta película colegial.

Porco Rosso

Una de las temáticas más recurrentes en la obra de Hayao Miyazaki es el pacifismo o, en otras palabras, el antibelicismo. En este sentido, su gran obra maestra es Porco Rosso, que algunos han categorizado como propaganda anti guerra por contar con un protagonista que se transforma en cerdo antropomórfico por su rechazo al militarismo. Estamos hablando de Porco, un aviador que centra sus esfuerzos en combatir la piratería aérea (otra constante del cineasta) en el mar Adriático del periodo entreguerras.

Cuentos de Terramar

Había grandes esperanzas de que el debut en largo del hijo de Hayao, Goro Miyazaki, fuese una ambiciosa obra a la altura de los clásicos de su padre. Sobre todo porque adaptaba el material de una saga de novelas de culto de la fantasía épica, los Cuentos de Terramar de la fallecida Ursula K. Le Guin. Fue número uno en la taquilla japonesa pero le salieron no pocos detractores, entre ellos la propia autora.