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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
La 89º entrega de los Oscar empezó con la esperada alfombra roja por la que desfilaron todas las celebrities presentes en el Teatro Dolby de Los Ángeles. Los mensajes políticos hicieron acto de presencia, pero esta vez en vestidos y complementos.
Armani fue el protagonista indiscutible de la red carpet. Isabelle Huppert, Viola Davis, Nicole Kidman o Emma Roberts. Solo una de ellas se llevó un Oscar, pero está claro, que todas compiten por el puesto a la mejor vestida.
Nicole Kidman se decantó por un espectacular vestido con agarre en el cuello, de silueta ceñida y con una caída perfecta, sin embargo, colores un poco más fuertes casan mejor con el tono de su piel.
La ganadora del Oscar a Mejor Actriz, Emma Stone, recogió la estatuilla con un magnífico vestido de alta costura de Givenchy. El color dorado de los flecos y las ondas estilo años 20. La protagonista de la película nominada a 14 estatuillas fue una de las más esperadas en la alfombra roja. Felicity Jones, protagonista de Rogue One, se enfundó un Christian Dior de bailarina de color beige.
Hacía tiempo que no sabíamos nada de Kirsten Dunst. Apareció en la alfombra roja deslumbrante con una pieza de Christian Dior. Taraji P. Henson, una de las protagonistas de “Figuras Ocultas”, lució modelo de Alberta Ferretti en azul marino. Con escote en forma de “v”, los hombros y la pierna izquierda al descubierto fue una de las más sexis de la 89º gala de Los Oscar.
La cuñada de Ivanka Trump, Karlie Kloss puso un mensaje político en su vestido de Stella Stella McCartney. Un pequeño lazo azul por lo derechos civiles y en contra de las políticas de Donald Trump. También de blanco, Naomie Harris llevó un Calvin Klein.
Las que no estuvieron tan acertadas fueron Dakota Johnson y Scarlett Johansson. La primera, iba envuelta en un montón de tela dorada de Gucci y con un peinado muy poco favorecedor, algo a lo que no nos tiene acostumbrados. La musa de Woody Allen, optó por un vestido romántico, de inspiración hippie y por complementos de aire rockero, una combinación poco acertada para la ceremonia.
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.