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Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
Como en el duermevela veraniego, diurno o nocturno, en que los sentidos se hallan semisuspendidos, la producción artística y literaria se suele ubicar en un terreno igualmente ambivalente, en cuanto a géneros se refiere. Una obra puede incluir unos rasgos y sus contrarios. La hibridación de géneros es tan inmanente a la creación como necesarias son las categorías y tipologías para su estudio, distribución y comercialización. De ahí que en esta entrega de lecturas estivales dedicadas a la no ficción –para algunos no literatura–, podamos encontrar títulos variados, algunos bordeando lo histórico, otros la memoria, el ensayo… incluso con sus dosis de invención.
EL ALA ROTA
Arrancamos esta lista con uno de los títulos más esperados en el último Saló del Còmic: El ala rota, de Antonio Altarriba (Zaragoza, 1952) y Kim (Barcelona, 1941). Un nuevo repaso a la historia política y social española del siglo XX. Si El arte de volar (Premio Nacional de Cómic 2010) se había nutrido de los testimonios del padre republicano de Altarriba, El ala rota da voz ahora a su madre: Petra. Retrato de una generación de mujeres de la posguerra, vidas silenciosas y silenciadas, sacrificadas, siempre dedicadas al servicio y cuidado de alguien. Historia también de un sometimiento impuesto por un régimen y patrocinado por una Iglesia cómplice. La historia de Petra viene acompañada de la realidad gris y rancia de la posguerra en general y del medio rural en particular, pero también de episodios poco conocidos como una conspiración frustrada contra el dictador urdida en su propio bando.
EL TRÍPTICO DE LOS ENCANTADOS
Hace unas semanas entrevistábamos a Max (Barcelona, 1956) con motivo de la publicación de El tríptico de los encantados (Una pantomima bosquiana). Un encargo del Museo del Prado con motivo de la conmemoración del V centenario de la muerte del Bosco que, desde aquí, os recomendamos encarecidamente. Como con muchos otros temas o encargos, Max sencillamente hace magia. Se lleva a su laboratorio los requerimientos, los digiere, los asimila, los filtra por el humor, los destila y… eureka: un nuevo avance en su búsqueda formal y temática. En este libro no habla del pintor flamenco, al menos no de datos biográficos, pero sí mucho de su obra, aunque solo seleccione tres cuadros que dialogan a través de sus personajes, y también de sus preocupaciones. Dice el autor catalán que “las intuiciones y preocupaciones de los artistas no cambian tanto”, aunque pasen siglos.
DOS HOLANDESES EN NÁPOLES
Si lo histórico constituye materia distinguida para la narrativa, también lo puede ser el cotilleo histórico y la cotidianidad trivial de tiempos pasados. Con motivo de la exposición Caravaggio y los pintores del norte en el Museo Thyssen-Bornemisza, dicho museo y la editorial Astiberri han publicado Dos holandeses en Nápoles. Un cómic de Álvaro Ortiz (Zaragoza, 1983) en el que se apropia de un episodio histórico para construir su propio relato: la enigmática muerte del pintor milanés. Para resolver el misterio, dos pintores, Honthorst y Baburen, inician un viaje en el que acaban por encontrar, como debe ser, lo inesperado. Veintiocho páginas de historia, arte y humor.
UN VERANO EN LAS DUNAS
El imprescindible historietista canadiense Seth (Ontario, 1962) muestra desde sus orígenes cierta vocación autobiográfica —ya en su primera serie, Palooka-ville, narraba las crónicas de su vida artística—. Incluso en su cardinal obra La vida es buena si no te rindes recurría a lo autobiográfico aunque esta vez en clave ficticia, presentando como real lo que no era tal. Autoficción en el más estricto sentido.
Fulgencio Pimentel ha recuperado dos historietas primerizas y, esta vez sí, confesionales, hasta ahora inéditas en español: «Un verano en las dunas», que da título al libro, y «Dichosa la hora», publicadas respectivamente en 1991 y 1993. En ellas encontramos a un joven Seth provisto de los rasgos que definirán su creación: la línea clara, la evocación, la emoción, la melancolía, el ensalzamiento de lo cotidiano, la estilización, el culto al detalle y a lo bello según el gusto del autor, siempre impregnado por la nostalgia de un pasado no vivido. En la primera historia narra un primer amor de verano y juventud en un relato de ritos de paso no del todo clásico, con giros inesperados que revelan a un futuro autor sobresaliente; en la segunda, un suceso violento en el metro. La edición viene acompañada de un pequeño cuaderno a color con historias breves coetáneas.
CUADERNOS JAPONESES
Entre la memoria y el ensayo, estos Cuadernos japoneses han sido trazados por un dibujante amante de Japón, quien antes de residir allí, ya lo había imaginado, documentado, dibujado, soñado. Para ello ha mezclado no solo lo autobiográfico e histórico, también el cómic con la ilustración, la fotografía y el texto. Igort (Italia, 1958) trabajó como dibujante durante años en Tokio y en estas páginas narra el día a día de su vida en la megalópolis. Estas memorias se combinan con reflexiones sobre cuestiones capitales de la cultura nipona –Wabi Sabi, industria manga, estudio Ghibli, samuráis, sumo, sintoísmo, iki–, incursiones sobre figuras icónicas —Miyazaki, Soseki, Mishima, Abe Sada– de una cultura que sobrepone al culto a la belleza, el culto a la fuerza o la muerte. Contradicción y complejidad que solo se puede asimilar desde una mirada libre de tópicos, como la de Igort. Una verdadera delicia para los amantes de lo nipón. Si has visitado alguna vez el país te encantará; si no lo has hecho, harás todo lo posible para remediarlo.
TURISTA ACCIDENTAL
La irrupción del turista moderno ha cambiado sustanciosamente la épica del viaje, liberada de todo romanticismo o exotismo. La odisea ahora cosiste en coger un avión a su hora prevista sin que medie ningún altercado notable, pues como dice Gallardo (Lérida, 1955) en Turista accidental: “un día tras otro la vida es un largo viaje hasta sentarse por fin en el avión”. De estas y otras peculiaridades del peregrinaje contemporáneo da cuenta en este título, en el que relata expediciones de diversa índole: ociosas, laborales, familiares; viajes a variados destinos: Japón, New York, México, Praga, de los que ofrece sugerentes y divertidas observaciones en su ya característico dibujo espontáneo basado en los mínimos elementos. Cierra el título un hilarante episodio sobre la vida turística en su propia ciudad: Barcelona, templo de turistas accidentados.
CUADERNOS DE CUBA
El creador Lapin (Francia, 1981) afincado en Barcelona desde hace casi una década, figura destacada del urban sketching, cuenta con más de cien cuadernos dedicados a variadas ciudades del mundo –Barcelona, Lisboa, Estambul–. En Cuaderno de Cuba plasma las experiencias y percepciones vividas durante tres semanas en la isla caribeña. Dibujado con acuarelas sobre libreta de contabilidad clásica con sus guías azules y rojas, ya usada en anteriores trabajos por el autor, este cuaderno cubano ofrece un retrato en vivos colores de un realidad cotidiana que se debate un pasado polémico y un futuro incierto.
Hoy triunfa más la idea de transformación, donde nada es nuevo verdaderamente aunque pueda llegar a parecerlo.
No existe un mundo perfecto único, varios modelos conviven y se yuxtaponen. En la mezcla de ideas está el valor.
Esta colección se dedica a esas ansias de vivir la vida al máximo para acabar en el hoyo. Una galería fotográfica de Bernat Rueda.