Tendencias de temporada para superheroínas
Con motivo del XXXI Salón del Cómic de Barcelona, Paseo de Gracia analiza las tendencias que definen a la supermujer del siglo XXI.
Las grandes editoriales del cómic presentan sus nuevas propuestas para sus personajes femeninos, diseños menos sexualizados y más prácticos. Con motivo del XXXI Saló del Cómic de Barcelona, Paseo de Gracia analiza las tendencias que definen a la supermujer del siglo XXI.
El cómic de superhéroes ya no es un género limitado a un pequeño grupo de población mayoritariamente masculino y adolescente. El lector tradicional ha envejecido y, con la edad, ha sofisticado sus gustos y el exitoso salto a la gran pantalla de este género lo ha abierto a un público mucho más diversificado. Estos factores obligan a las editoriales a evolucionar el enfoque y el tono de sus historias, pero también el diseño de sus personajes, en especial los femeninos, históricamente ligeros de ropa. En las pasarelas de Marvel y DC caminan ahora heroínas muy alejadas de las bombas sexuales de los 90, década negra donde las viñetas parecían un violento desfile de Victoria’s Secrets en el que los ángeles empuñaban descomunales armas con el único objetivo de nutrir las fantasías de lectores poco interesados en guiones y desarrollo de personajes. Nos sentamos en el “front row” para analizar las nuevas tendencias en las dos grandes editoriales.
Supermujeres, no supermodelos
Marvel Comics viste a una mujer de su tiempo, con fortalezas y debilidades, con un desarrollo de su personalidad que mira más allá de su escote. La Capitán Marvel representa bien el cambio de tendencia. El primer personaje femenino de Marvel Comics que protagonizará su propio film (en 2018) es ahora uno de los emblemas de la editorial, pero no siempre fue así. Originalmente se llamó Ms. Marvel y nació como derivado curvilíneo del Capitán Marvel original, un guerrero extraterrestre ahora fallecido. Carol Danvers (su nombre real) soportó durante décadas diseños provocativos que no se correspondían con su personalidad ni con su biografía (es una expiloto de las fuerzas aéreas estadounidenses). Sin embargo, su mayor protagonismo durante la última década encuentra a hora un diseño a la altura del personaje. Como bien expresó Stephen Waker, vicepresidente de Marvel Entertainment, “quería que mi hija pudiera vestirse como ella”. Así nació la nueva Capitán Marvel, cuyo rango superior combina perfectamente con un estilismo que evoca el pasado militar del personaje y resulta tan emblemático como el uniforme del Capitán América o la armadura de Iron Man.
El nuevo estatus de Carol Danvers dejó libre el apodo de “Ms. Marvel”, pero no por mucho tiempo. En un movimiento arriesgado, Marvel decidió relanzar este título con una nueva protagonista muy poco común: Kamala Khan, una adolescente pakistaní musulmana cuyo respetuoso planteamiento ha recibido el visto bueno de la comunidad musulmana así como de la crítica especializada. Esta heroína novata luce un uniforme que remite por su corte y colorido a su herencia oriental, pero con el desenfado de una joven cosmopolita.
En cuanto a DC Comics, la firma que viste a Batman y a Superman también tiende desvestir a sus superheroínas. Algunos de sus últimos diseños dejan bien claro cuál es el lector que buscan estas publicaciones e ignoran a ese nuevo y heterogéneo público.
Sin embargo, hay excepciones. El respeto por la mujer en los cómics no es solo una cuestión de vestuario, también tiene mucho que ver con actitudes y poses. El equipo creativo responsable de la última etapa de Wonder Woman, la más icónica superheroína de DC Comics, ni siquiera ha planteado un cambio de look radical: el personaje conserva su clásico top, tan legendario como kitsch, pero su actitud no es la de una modelo de Sports Illustrated sino la de una guerrera mitológica, una amazona dueña de su destino que se enfrenta a dioses y demonios. Wonder Woman no es Afrodita, es Atenea.
Redes, telarañas y murciélagos
Las plataformas sociales dan al público el poder de ensalzar un diseño o desterrarlo al armario de los despropósitos. Marvel Comics sufrió un escarnio público cuando recientemente cometió el error de publicar una portada de Spider-Woman ilustrada por el legendario autor erótico Milo Manara. La innegable carga sexual de esta cubierta provocó las protestas de los aficionados. Como rectificar es de sabios, la editorial reaccionó en poco tiempo con un replanteamiento que el personaje pedía a gritos desde hacía décadas, cambiando su clásico aspecto de modelo de body paint por un “outfit” más acorde con las necesidades de una mujer que tiene que hacer frente al tráfico, el estrés y los supervillanos de Nueva York.
Las redes también pueden convertir un nuevo diseño en un icono espontáneo. Es el caso de una mujer araña de un Universo Marvel alternativo: se la conoce como Spider-Gwen y es Gwen Stacy, no la difunta novia de Peter Parker sino la Gwen de este mundo paralelo donde fue ella y no Peter quien obtuvo superpoderes arácnidos (supongo que esto es difícil de entender si no llevas leyendo cómics desde los 10 años). Lo importante es que un personaje nuevo y anecdótico ha conseguido, en parte gracias a un dinámico diseño que actualiza el original arácnido, gran popularidad y gran cantidad de “fan art” inspirado en ella. DC también ha aumentado su cuota de público femenino gracias al replanteamiento de su Batgirl. Originalmente este personaje estaba marcado por los hombres: era la hija del comisario de Gotham y poco más que una combinación de Batman y Robin con una melena pelirroja. Su nuevo “outfit”, donde destacan la chaqueta de piel en lugar del lycra y unas llamativas Doctor Martens amarillas, han ayudado a la chica-murciélago a volar libre y despertar el amor incondicional de legiones de fans.
Antes de terminar cabe destacar la inteligencia de las editoriales norteamericanas para incorporar talento procedente de otras latitudes que aporta un grafismo diferente, menos marcado por las viejas costumbres superheróicas. Mención especial merecen el canario Javier Pulido (dibujante de Hulka), el zaragozano David López (Capitán Marvel) y el barcelonés Javier Rodríguez (Spider-Woman), que con su buen gusto están ayudando a cambiar la imagen de las chicas Marvel.
En conclusión, la tendencia de temporada parece evidente: aunque los escotes imposibles de algunas heroínas siguen desafiando las leyes de la gravedad y del buen gusto, las grandes editoriales comienzan a abandonar diseños y poses que rebajan a sus personajes femeninos y por extensión a la mujer.